miércoles, 16 de junio de 2010

La última carta

Pequeña, la locura nos arrebató el sentido y nos inclinó a la malicia de un amor vacio, me rendí a mi intranquilidad espiritual ahogándome en mi sufrimiento, ¡sé¡ que no tengo perdón ni justificación. Pero te puedo decir que te ame, tal vez no como la mujer que le hacía falta a mi alma, te ame en honor a la locura, al sufrimiento y a todo lo que podríamos llamarle estupidez... pervertí tu alma niña mía... La convertí en cenizas, cenizas que voy a guardar en mi corazón para ya no hablar de amor...
Adiós mi niña…

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