jueves, 11 de marzo de 2010

La noche...

En una noche fría, recorría mi cuarto angustiado con una taza de café en la mano, preguntándome, ¿En realidad me quiero?¿De veras seré una buena persona?, ¿Dios se acuerda de mí debes en cuando?, estupefacto por no poder contestarme...
El cielo anuncia una gran tormenta, me acerco a la ventana para saborear brisa de la noche; sigue y sigue toma parte de mi soledad, pequeñas gotas recorren mi frente llegan a mis pómulos y se posan en mis labios…
Mi cuerpo ya no tiene malestar del frío, tanto mis manos como mis pies ahora siente la verdad de una tumba, los escalofríos son el ritmo de la muerte que mi cuerpo experimenta…
Pero aún queda un poco de calor en mis ojos de ellos salen lagrimas, esas la grimas que brotan por los recuerdo, por los amores pasados, alguna vez fueron vistos por una madre amorosa y ahora se están apagando por el silencio del tiempo
Este éxtasis de angustia es lo único que tengo esta noche, mañana no sé qué pensaré o si voy a volver a la vida de los vivos, pretendo que mi mente se apague por esta noche que mis sentimientos dejen de doler…
No sé si sea causalidad que en el momento que cierro los ojos para sentir a dios en las gotas, esas pequeñas fracciones de vida), es cuando mi conciencia despierta y con una voz suave y tenue me dice que me deje valor; que mis lagrimas son para darle a la vida, que cada momento no espere que alguien se me aparezca, que tengo corazón y alma y de eso me debo sentir feliz
De pronto una especia de calor apago el frio de mi cuerpo abrazado, a tonito por aquella sensación abrí los ojos, junte mis manos tirando la taza de café al suelo y comencé a llorar como un niño.
No es un llanto de dolor, no es un llanto de angustia, sino más profundo, como si mi alma se curara del daño que el he provocado pasando algunos minutos
Al mismo tiempo mis ojos pesaba, deje mi taza junto al buro enjugue mis ojos, saqué un cigarrillo del cajón con el sabor de la nicotina me empecé a dormir... Unos cuantos sorbos lo apague...
A la mañana siguiente mi corazón esteba esplendido, el sonido de las aves hacían vibrar mi corazón, salte de la cama entusiasmado por saber que iba pasar en este nuevo día, entre a la cocina a prepararme mi desayuno, sonó la puerta de la sala…
Abrí extrañado y allí entro el amor…
…NeVuLa…

lunes, 1 de marzo de 2010

Miedo

Miedo al cerrar los ojos…
Al sentir el frio…
A quedarme solo y saber que siempre seguiré recordando
Miedo a las personas porque ellas se alimentan de ese sentimiento
Miedo a mi propio cuerpo porque sé que jamás escaparé
Miedo a mis sentimientos y a mi agonizante corazón
Miedo a mi lágrimas, porque ellas salen con mucho dolor...
Miedo a la vida porque sé que jamás tendré amor…